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El Banco Central Europeo debería apoyar la transición verde
📌 Resumen
● La crisis climática es el mayor desafío de nuestros tiempos. A menudo oímos hablar del papel negativo que desempeña el sistema financiero agravándola, y el Banco Central Europeo (BCE) no es una excepción.
● Mientras que la UE ha adoptado una ambiciosa política de transición verde, conocida como el Green Deal, el BCE sigue financiando a día de hoy a las industrias intensivas en carbono a través de sus programas de flexibilización cuantitativa, como el CSPP.
● Uno de los motivos de ello es que el BCE sigue el principio de neutralidad de mercado, lo que significa que no favorece a un sector en detrimento de otro a la hora de aplicar sus políticas.
● El enfoque del BCE ha sido criticado por varias razones. En primer lugar, el BCE sigue financiando a empresas con una elevada huella ecológica. En segundo lugar, perpetúa el "fracaso de mercado" al valorar mal los riesgos climáticos que generarán pérdidas financieras en algunos sectores y empresas. Y en tercer lugar, el enfoque del BCE no está en consonancia con las ambiciones climáticas de la UE, sino que activamente las contrarresta.
● El debate sobre el rol del BCE en la lucha contra el cambio climático tiene múltiples facetas. Mientras que algunos sostienen que el BCE debería incluir la preocupación por el clima en sus políticas de flexibilización cuantitativa, otros argumentan que el BCE ya está yendo demasiado lejos en su mandato al utilizar este tipo de políticas en primer lugar.
🗫 El debate
El sistema financiero agrava actualmente el cambio climático al seguir financiando actividades contaminantes. El Banco Central Europeo (BCE) contribuye actualmente a este desajuste al seguir un enfoque de "mercado neutral" mediante el cual apoya la economía sin ningún criterio medioambiental. Esto, a su vez, permite a las industrias intensivas en combustibles fósiles aprovecharse de las políticas del BCE. Por el contrario, el BCE debería adoptar una postura proactiva frente al cambio climático, fomentando las inversiones que contribuyan a la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono.
💡 Propuestas
Profundiza más en este debate y conoce nuestras propuestas específicas para las políticas de futuro del BCE. Puedes aportar también tus propias propuestas al debate.
→ Propuesta 2 Disminuir o detener la flexibilización cuantitativa
→ Propuesta 3 El BCE debería "reverdecer" su programa de flexibilización cuantitativa
→ Propuesta 4 Promover la concesión de préstamos justos y sostenibles por parte de los bancos
→ Propuesta 5 Apoyar la inversión verde de los bancos públicos mediante la flexibilización cuantitativa
📖 Leer más
(Tiempo estimado de lectura: 5 minutos)
La crisis climática y la crisis ambiental son los mayores retos de nuestro tiempo. Dada su enorme naturaleza, es necesario un enfoque sistemático que implique a todos los agentes económicos para abordarlas. Sin embargo, a menudo oímos que el sistema financiero no está haciendo lo suficiente para ayudar, y que los grandes bancos siguen invirtiendo en proyectos que implican la explotación del carbón u otros combustibles fósiles.
Parece que hay dinero en abundancia circulando en el mundo de las finanzas y el Banco Central Europeo (BCE) ha inyectado aún más en respuesta a la crisis del Covid-19. ¿No hay nada que pueda hacer el BCE para combatir el cambio climático, al mismo tiempo que apoyar la economía? ¿O al menos para no agravarlo?
En 2015, la UE ratificó el Acuerdo de París que pretende limitar el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 °C. Para cumplir su compromiso, la Unión Europea (UE) puso en marcha el Pacto Verde Europeo, un ambicioso programa de transición verde que pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050. La UE también tiene previsto incluir una estrategia de financiación sostenible, que pretende alinear los flujos financieros con los objetivos climáticos.
Para que se pueda cumplir con esta estrategia, todas las instituciones financieras públicas y privadas tendrían que dejar de invertir y subvencionar a los sectores que dependen de los combustibles fósiles.
A pesar de estas ambiciones, el BCE, hoy en día, financia de forma masiva a las industrias intensivas en carbono a través de sus programas de flexibilización cuantitativa (QE, del inglés Quantitative Easing). Alrededor de 250.000 millones de euros de este programa se destinan a la compra de deuda de empresas privadas, a través del llamado Programa de Compra del Sector Corporativo (CSPP, del inglés Corporate Sector Purchase Programme). Varias ONG y think tanks han denunciado que el 60% de los bonos corporativos comprados por el BCE fueron emitidos por empresas contaminantes.
Entonces, ¿por qué el BCE subvenciona a estas empresas contaminantes, a pesar de las claras ambiciones de la UE de avanzar hacia una economía más verde? La razón principal es que sigue el principio de "neutralidad de mercado". Esto significa que el BCE está intentando reproducir la estructura actual del mercado financiero cuando compra bonos. Dado que el 60% de las grandes empresas contribuyen en gran medida a las emisiones de carbono, también lo hace el programa de compra de bonos del BCE.
Al seguir un enfoque neutral de mercado, los críticos dicen que el BCE perpetúa el “fracaso de mercado”, es decir, el hecho de que el mercado financiero no tenga en cuenta, a corto plazo, que los desastres climáticos causarán, a largo plazo, pérdidas financieras a los sectores y empresas que más sufrirán el cambio climático.
Si queremos pasar a una economía más verde, de acuerdo con las prioridades de la UE, es esencial dejar de subvencionar los combustibles fósiles y las empresas que consumen mucho carbono, y en su lugar dar incentivos a los bancos y a los inversores para que hagan más préstamos dirigidos a inversiones verdes.
Pero, ¿es el cambio climático parte del mandato del BCE? Las opiniones difieren al respecto. Algunos ciudadanos, expertos y políticos sostienen que el BCE debería integrar las cuestiones relativas al cambio climático en la ejecución de sus políticas monetarias. Otros sostienen que el BCE ya va mucho más allá de su mandato principal de mantener la estabilidad de los precios, y que perseguir otros objetivos distintos de la estabilidad de los precios empujaría inevitablemente al BCE más allá de los límites de su mandato.
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