Banco Ciudadano Europeo
info@europeancitizensbank.es
Más democrático 🗳️
El Banco Central Europeo, dado el poder que tiene, debería ser más democrático
📌 Resumen
● El Banco Central Europeo (BCE) es posiblemente la institución financiera más poderosa de Europa y rinde cuentas ante el Parlamento Europeo. Sin embargo, este escrutinio es muy limitado al compararlo con el poder que tiene el BCE.
● Esta falta de responsabilidad se debe al principio de independencia de los bancos centrales, el concepto según el cual los bancos centrales deben operar con independencia de los gobiernos nacionales para evitar que pongan en peligro la estabilidad de los precios politizando así su toma de decisiones.
● Aunque el Parlamento Europeo no puede tomar decisiones sobre su personal ni establecer limitaciones a las acciones del BCE, sí que controla al banco interrogando regularmente al presidente del BCE, adoptando informes anuales de progreso y tomando posiciones sobre los candidatos a formar parte del Comité Ejecutivo del BCE.
● Gracias a su independencia y a la jurisprudencia en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el BCE tiene una gran discreción para interpretar su mandato primario, e incluso puede definir su objetivo de estabilidad de precios; pero el BCE no utiliza su poder para actuar sobre sus objetivos secundarios, por ejemplo, para apoyar la protección del medio ambiente.
🗫 El debate
Los bancos centrales deberían tratar de alinear sus políticas con las prioridades actuales de la sociedad, en lugar de hacerlo independientemente de ellas. Pero no podemos dejar que sean solo los expertos quienes decidan qué bienes sociales deben apoyar los bancos centrales. Por esto necesitamos un BCE que rinda cuentas de una forma más democrática.
💡 Propuestas
Profundiza más en este debate y conoce nuestras propuestas específicas para las políticas de futuro del BCE. Puedes aportar también tus propias propuestas al debate.
→ Propuesta 13 Aumentar la diversidad en el Comité Ejecutivo del BCE
→ Propuesta 14 Consultas a los ciudadanos
→ Propuesta 15 Revisión democrática periódica del mandato del BCE
→ Propuesta 16 El BCE debería comunicarse de forma más accesible con los ciudadanos de a pie
📖 Leer más
(Tiempo estimado de lectura: 7 minutos)
El Banco Central Europeo (BCE) es posiblemente la institución financiera más poderosa de Europa. Tiene la capacidad de crear dinero e inyectarlo en la economía, y puede tomar decisiones sin la autorización de los gobiernos nacionales o de la Unión Europea (UE). Esto significa que ninguna persona o institución tiene la capacidad de decirle al BCE lo que tiene que hacer o de impedirle hacer algo, con la excepción del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en circunstancias extremas. Si la economía de la zona euro se hunde por culpa de decisiones políticas erróneas, el BCE no tendrá que afrontar las consecuencias de sus acciones.
Por tanto, el BCE actúa en gran medida fuera del control de las instituciones de la UE y de los 19 gobiernos nacionales que utilizan el euro como moneda.
Pero si el BCE es tan poderoso, ¿por qué sus responsables no están sujetos a las mismas reglas de supervisión democrática que otras personas e instituciones que toman decisiones importantes que rigen nuestra vida cotidiana?
La responsabilidad del BCE ante cualquier gobierno o institución externa está limitada por un principio llamado "independencia del Banco central". Este principio establece que los bancos centrales no deben estar influenciados por ningún interés ajeno al banco a la hora de tomar decisiones sobre qué tipos de interés fijar y cuánto dinero crear.
Este principio fue adoptado por los gobiernos de todo el mundo para evitar que las decisiones sobre los tipos de interés y la creación de dinero se vieran influidas por los ciclos electorales.
Al conceder independencia política a los bancos centrales, se esperaba evitar que los políticos presionaran a los gobernadores de los bancos centrales para que tomaran decisiones que les proporcionarán popularidad política a corto plazo, a costa de la estabilidad económica a largo plazo. Por ejemplo, los bancos centrales no pueden financiar directamente presupuestos de gobiernos.
Mandato borroso
La independencia de los bancos centrales ofrece un amplio margen de maniobra para que estos decidan la política monetaria sin tener que consultar o pedir permiso a los representantes elegidos y a los gobiernos. Esta situación se aceptó porque los bancos centrales tenían un mandato muy acotado y disponían de unos instrumentos limitados.
Sin embargo, tras las repetidas crisis financieras, las intervenciones de los bancos centrales son cada vez más importantes. Por ello, algunos sostienen que el BCE ha adquirido ahora demasiada independencia y que debería rendir más cuentas.
Los Tratados de la UE definen el mandato principal del BCE, es decir, el objetivo que debe perseguir al tomar decisiones sobre sus políticas. Este mandato primario estipula que el BCE debe garantizar la "estabilidad de precios". En la práctica, el BCE ha definido la estabilidad de precios como el mantenimiento de una inflación cercana pero inferior al 2%.
Sin embargo, el BCE podría cambiar esto de forma autónoma fijando un objetivo más alto o más bajo. Esto significa que el BCE, en la práctica, tiene mucha discreción a la hora de reformular su propio mandato, lo que, a su vez, lo hace vulnerable a las críticas, según las que "cambia de baremos" cuando les conviene.
Los Tratados de la UE también especifican el mandato secundario del BCE, que consiste en apoyar los objetivos generales de la UE siempre que ello no vaya en detrimento de su mandato principal. Sin embargo, estos "objetivos generales" no están definidos con precisión, ya que el Tratado menciona una serie de objetivos como el empleo, la protección del medio ambiente o la innovación tecnológica.
Mientras que el orden de prioridad entre el mandato principal de estabilidad de precios del BCE y sus objetivos secundarios está claro, estos objetivos secundarios en sí no están priorizados. Esto podría llevar al BCE a tener que hacer difíciles compensaciones, que podrían dar lugar a ganadores y perdedores. Esto ha puesto al BCE, al no ser una institución electa, en una posición incómoda en más de una ocasión, y se ha argumentado por esta razón que el BCE no está verdaderamente cumpliendo su mandato secundario.
El papel del Parlamento Europeo
El Parlamento Europeo desempeña un papel limitado en el escrutinio de las acciones del BCE. Aunque no puede definir las acciones del BCE, sí las controla al tener derecho a interrogar a los funcionarios del BCE durante los "diálogos monetarios" cada tres meses. Durante estas reuniones parlamentarias, el presidente del BCE responde a las preguntas de los diputados del Parlamento Europeo sobre lo que el banco está haciendo actualmente o ha hecho en el pasado. Estas reuniones son públicas, por lo que los ciudadanos y los periodistas pueden seguir los debates.
Los eurodiputados también realizan una evaluación anual sobre la actuación del BCE, a través de una resolución anual. Estas resoluciones critican con frecuencia los procedimientos del banco y recomiendan alternativas, pero el BCE no está obligado a actuar en consecuencia. En los últimos años se han introducido mejoras para aumentar el nivel de escrutinio al que se enfrenta el BCE, incluyendo el envío por parte de los eurodiputados de preguntas escritas al banco, a las que este tiene que responder. Sin embargo, estos cambios no se han traducido en una fuerte supervisión.
Falta de diversidad
También se considera que el BCE es antidemocrático por la forma en que se nombran sus responsables. La política monetaria del BCE la deciden 25 personas que forman parte del Consejo de Gobierno del BCE. De estos, 19 son nombrados según procedimientos nacionales, y otros 6 son nombrados por las instituciones de la UE, a través del llamado Eurogrupo. El Parlamento Europeo también vota si apoya o no al candidato, aunque este voto es meramente simbólico, ya que no puede vetar a un candidato que desapruebe. Los miembros del Consejo de Gobierno del BCE suelen ser nombrados por períodos largos, de 5 a 8 años.
El BCE es criticado a menudo por la falta de diversidad de su Consejo de Gobierno. Por ejemplo, actualmente solo hay dos mujeres entre los 25 miembros del Consejo de Gobierno. Desde 1998, el Consejo nunca ha contado con ninguna persona de color, ni de ninguna minoría étnica. Los responsables de la toma de decisiones de los bancos centrales suelen ser elegidos por su pedigrí académico o su experiencia en el sector financiero. La falta de diversidad en sus órganos decisorios puede dar lugar a menudo a tomas de decisiones deficientes, ya que el grupo puede padecer de pensamiento de grupo y de falta de autocrítica.
Lista de adhesiones
Reportar contenido inapropiado
Este contenido no es apropiado?
Compartir: